Hay días en los que me cuestiono más el sentido de la vida que otros. Hace un par de semanas me hicieron ver que muy frecuentemente solo intentamos vivir, o peor aún solo buscamos sobrevivir el día. Ya sea por la carga de trabajo, por lo demandante que puede ser cuidar a los hijos, sobrellevar las deudas. Los días, la vida se nos va en sobrevivir.
Es muy triste pero basta mirar alrededor para darse cuenta la gran cantidad de personas que podemos caer en este error.
Desde ese día no paro de preguntarme cual es el fin último de mi vida, que busco a largo plazo y como me muevo hacia esa meta cada día.
Hace un par de años tenía claro que quería vivir para mejorar la salud de otros y mi trabajo me complementaba perfectamente. Aún lo creo pero ahora entiendo que el trabajo no puede ser el único medio de lograrlo.
Una persona muy sabia también me dijo hace años, que la vida es como la rueda de una bicicleta, que hay que ver cual es el centro y cada línea va hacia ese centro y eso permite que gire la rueda.
Bueno, ese centro no es tan evidente actualmente.
Este blog me ayuda en ese sentido. En encontrarme con historias reales que vayan alimentando mi realidad. Conocer sueños hechos realidad que me inspiren a seguir en el camino.
En este día solo puedo agradecer por todo lo que tengo y lo que no tengo también, porque ambas cosas me definen y son resultado al mismo tiempo de quien soy.
Un día como hoy miro a la mujer que soy y busco esas fortalezas y esas debilidades intentando ser cada día mejor ser humano.
Ese pudiera ser un buen centro, pero requiero trabajar en ello para ponerle nombre y apellido concreto y dirigir cada rayo a ese centro.
En un día como hoy, doy gracias a la vida por su belleza y complejidad.